Pongo en duda
cada silla
y cada mesa
que rellena mi casa.
Pongo en duda
que mi casa es mía,
porque no lo es,
es del viento y de las cartas...
Y solo me acompañan
mis zapatos blancos
y mi guitarra.
Y solo va conmigo
tu silencio
y las mañanas más largas.
Pongo en duda
esas palabras
con sus colores
y sus viejos bailes.
Pongo en duda
el dolor
y los gritos
y los ojos desnudos de alguien...
Y solo me acompañan
mis zapatos blancos
y mi guitarra.
Y solo va conmigo
tu silencio
y las mañanas más largas.
Pongo en duda
tu santidad
y tu grandeza,
la razón en que te envuelves.
Pongo en duda
hasta las monedas
que en tu mano
cuentas y me devuelves...
Y solo me acompaña
mis zapatos blancos
y mi guitarra.
Y solo va conmigo
tu silencio
y las mañanas más largas.