sábado, 16 de junio de 2012

PIÑA EN ALMÍBAR

La vi sentada
en un bordillo
que separaba
el verde del jardín
del gris
       sucio
del asfalto.
Esperaba bajo el Sol
de un joven
y aún piadoso
verano
a que el chófer del bus
dejara entrar
a los pasajeros
que estaban esperando.
Tenía una lata
de piña en almíbar
entre las manos,
y comía,
       despreocupada,
como si nadie
la estuviera mirando.
Desnudas
las manos,
       los pies,
el cuello
bajo una tormenta
de pelo rubio
que echaba a un lado.
El chófer arranco el bus,
       los pasajeros fueron entrando
y ella
       siguió comiendo
como si yo
no la estuviera mirando.